sábado, 2 de octubre de 2010

Espejo de plata


La semana pasada realizamos la segunda práctica de laboratorio: el espejo de plata.

Después de las explicaciones y advertencias de los peligros de la práctica, comenzamos nuestra segunda experiencia:


Primero realizamos las disoluciones por grupos (nitrato de plata, sosa, amoniaco y glucosa) que luego utilizaríamos.


Una vez hecho esto cada uno cogió un tubo de ensayo LIMPIO y fuimos siguiendo los distintos pasos:

1) Echamos la disolución de nitrato de plata (un cuarto de tubo, ni más ni menos).

2) Añadimos un par de gotas de sosa, lo que hacía que se volviese de color negro.

3) Echamos el amoniaco, al principio gota a gota pero tras una gran desesperación, al ver que nos quedábamos sin tiempo, muchos aceleramos el proceso:
en algunos casos logrando que se volviese transparente y en otros casos algunos se excedieron con el amoníaco.

4) Finalmente y tras agitar el tubo para acabar con la turbidez, añadimos glucosa como volumen tuviese el tubo en ese momento. Consiguiéndo así un color muy oscuro, casi negro.


Para acabar calentamos los tubos de ensayo (marcados con rotulador) al baño María y los dejamos calentar una hora más o menos. Cuando volvimos al laboratorio la mayoría comprobamos que habíamos obtenido buenos resultados aunque en algunos casos con las manos teñidas, como ya habíamos sido advertidos en la explicación inicial.


Un saludo a nuestros amigos de laboratorio: Marlén y Reyes.



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